El
crecimiento de la producción y del consumo lleva a un crecimiento de la
extracción y destrucción final de los combustibles fósiles, lo que supone un
grave perjuicio para el medio ambiente.
Frederick
Soddy ha sido un precursor de la economía ecológica, apoyando la teoría de que
el crecimiento económico se basa en recursos agotables que están infravalorados
y en una contaminación a la que no se da valor económico.
Se estudia
la economía en distintos niveles: por un lado tenemos el nivel financiero que
consiste en crecer mediante préstamos, y por otro lado tenemos la economía real
que es cuando se quedan deudas por pagar cuando no se crece lo suficiente.
Esta crisis
ha hecho que las emisiones de gases contaminantes como el CO2 disminuyan, al
menos en países occidentales, ya que se disminuye el consumo de gasolina así
como de otras energías. De todas maneras siguen siendo muy excesivas.
Visto lo
visto, ¿sería un buen momento para plantearse una reducción del consumo
energético o un cambio hacia un modelo alternativo al actual?
Uno de los
problemas para el medio ambiente es que la contabilidad económica de los países
no cuentan los daños ambientales, con lo cual no se presentan proyectos firmes
y efectivos incluidos en los presupuestos para atajarlos. Hay que ser críticos
con la contabilidad económica convencional por su falta de atención a los
valores ambientales.
En la
contabilidad, las empresas no están obligadas a deducir los daños al medio
ambiente. La economía actual tiene una enorme “deuda de carbono” hacia
generaciones futuras, siendo muchas empresas privadas en el sector extractivo las que tienen grandes pasivos ambientales.
La economía
podría describirse de otra manera, como un sistema de transformación de energía
y materiales en productos y servicios útiles, y finalmente en residuos. Es
decir, tratar de construir una economía más ecológica.
Una forma de
empezar a construir dicha economía seria incluir al PIB, indicadores sociales y físicos al nivel macro.
Otra causa
de la crisis, más allá del exceso de creatividad en la venta de “productos”
financieros, ha sido sin duda el gran aumento del precio del petróleo y de
otras materias primas hasta julio de 2008.
A medida que
la crisis económica avanzaba el precio del petróleo disminuía, pero poco a poco
este precio se ha ido recuperando al alza.
Recurrir a
otras fuentes de energía como la nuclear y los agrocombustibles aumentará los
problemas ambientales, sociales y políticos. La energía eólica y fotovoltaica ya
están creciendo.
En cuanto a
los beneficios más directos de la biodiversidad de los bosques y de sus
servicios ambientales son los pobres, y su pérdida afectaría sobre todo al ya
menguado bienestar de estos. Esto es fácilmente entendible, ya que si una
empresa minera contamina el agua del río y la población pobre no tiene para comprar
agua embotellada protestan por necesidad, no porque sean meramente ecologistas.
Con la
crisis económica, ¿habrá ahora un final a la expansión de exportaciones de
energía y de materiales, disminuyendo así
la presión en las fronteras de la extracción?
En estos
años hemos visto varios ejemplos de apoyo de gobiernos a las exportaciones
(Lula de Brasil) pero ¿se seguirán apoyando tras el derrumbe de los precios?
A primera
vista parece que el Sur se perjudica si el Norte no crece porque hay menor
oportunidad de exportaciones y también porque el Norte no podrá dar créditos y
donaciones. Pero son precisamente los movimientos de justicia ambiental y el ecologismo
de los pobres del Sur los mejores aliados del movimiento por el decrecimiento
económico socialmente sostenible del Norte.
Fuente: La crisis económica, vista desde la economía ecológica.