lunes, 15 de abril de 2013

Economía Ecológica


El crecimiento de la producción y del consumo lleva a un crecimiento de la extracción y destrucción final de los combustibles fósiles, lo que supone un grave perjuicio para el medio ambiente.

Frederick Soddy ha sido un precursor de la economía ecológica, apoyando la teoría de que el crecimiento económico se basa en recursos agotables que están infravalorados y en una contaminación a la que no se da valor económico.
Se estudia la economía en distintos niveles: por un lado tenemos el nivel financiero que consiste en crecer mediante préstamos, y por otro lado tenemos la economía real que es cuando se quedan deudas por pagar cuando no se crece lo suficiente.
 La crisis que azotó la economía española en particular en el año 2008 se produjo, entre otras cosas, por la montaña de deudas que habían crecido mucho más allá de lo que era posible pagar con el crecimiento del PIB.
Esta crisis ha hecho que las emisiones de gases contaminantes como el CO2 disminuyan, al menos en países occidentales, ya que se disminuye el consumo de gasolina así como de otras energías. De todas maneras siguen siendo muy excesivas.
Visto lo visto, ¿sería un buen momento para plantearse una reducción del consumo energético o un cambio hacia un modelo alternativo al actual?

Uno de los problemas para el medio ambiente es que la contabilidad económica de los países no cuentan los daños ambientales, con lo cual no se presentan proyectos firmes y efectivos incluidos en los presupuestos para atajarlos. Hay que ser críticos con la contabilidad económica convencional por su falta de atención a los valores ambientales.
En la contabilidad, las empresas no están obligadas a deducir los daños al medio ambiente. La economía actual tiene una enorme “deuda de carbono” hacia generaciones futuras, siendo muchas empresas privadas en el sector extractivo  las que tienen grandes pasivos ambientales.
La economía podría describirse de otra manera, como un sistema de transformación de energía y materiales en productos y servicios útiles, y finalmente en residuos. Es decir, tratar de construir una economía más ecológica.
Una forma de empezar a construir dicha economía seria incluir al PIB,  indicadores sociales y físicos al nivel macro.

Otra causa de la crisis, más allá del exceso de creatividad en la venta de “productos” financieros, ha sido sin duda el gran aumento del precio del petróleo y de otras materias primas hasta julio de 2008.
A medida que la crisis económica avanzaba el precio del petróleo disminuía, pero poco a poco este precio se ha ido recuperando al alza.
Recurrir a otras fuentes de energía como la nuclear y los agrocombustibles aumentará los problemas ambientales, sociales y políticos. La energía eólica y fotovoltaica ya están creciendo.

En cuanto a los beneficios más directos de la biodiversidad de los bosques y de sus servicios ambientales son los pobres, y su pérdida afectaría sobre todo al ya menguado bienestar de estos. Esto es fácilmente entendible, ya que si una empresa minera contamina el agua del río y la población pobre no tiene para comprar agua embotellada protestan por necesidad, no porque sean meramente ecologistas.

Con la crisis económica, ¿habrá ahora un final a la expansión de exportaciones de energía y de materiales, disminuyendo así  la presión en las fronteras de la extracción?
En estos años hemos visto varios ejemplos de apoyo de gobiernos a las exportaciones (Lula de Brasil) pero ¿se seguirán apoyando tras el derrumbe de los precios?

A primera vista parece que el Sur se perjudica si el Norte no crece porque hay menor oportunidad de exportaciones y también porque el Norte no podrá dar créditos y donaciones. Pero son precisamente los movimientos de justicia ambiental y el ecologismo de los pobres del Sur los mejores aliados del movimiento por el decrecimiento económico socialmente sostenible del Norte.


Fuente: La crisis económica, vista desde la economía ecológica.

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